La Estrategia “Farm to Fork” o de la Granja a la Mesa, está en el corazón del European Green Deal o Pacto Verde Europeo y tiene como objetivo acelerar la transición a sistemas alimentarios más saludables y sostenibles. Garantizar alimentos saludables, asequibles y sostenibles para los europeos, combatir el cambio climático, proteger el medio ambiente y preservar la biodiversidad, conseguir un rendimiento económico justo en la cadena alimentaria y reforzar la agricultura ecológica, son objetivos esenciales de esta estrategia. No es posible conseguir los objetivos del Pacto Verde, ni los de la recuperación de la crisis del Covid19 sin investigación e innovación.
En AINIA contamos con numerosas líneas de trabajo adecuadas para hacer frente a los principales desafíos y retos del Pacto Verde, y en especial, los relacionados con la estrategia de la granja a la mesa:
La utilización de plaguicidas en la agricultura contribuye a la contaminación del suelo, el agua y el aire. La Comisión tomará medidas para reducir un 50 % el uso y el riesgo de los plaguicidas químicos para 2030. Una posible alternativa son los biopesticidas. En AINIA trabajamos en aplicaciones de biocontrol con microrganismos que evitan plagas, mejoran la efectividad y minimizan la resistencia de los cultivos, evitando el uso de insecticidas químicos. Trabajamos con medios de cultivo de bajo coste y de microorganismos aislados de entornos naturales para conseguir una mayor viabilidad. Por otro lado, con la tecnología de CO2 supercrítico extraemos compuestos naturales como por ejemplo, algunos aceites esenciales que tienen capacidad antifúngica o insecticida. Estos compuestos están presentes en plantas aromáticas, residuos de frutas y verduras, o subproductos de las industrias alimentarias, entre otras biomasas.
El exceso de nutrientes como el nitrógeno o el fósforo en el medio ambiente es una fuente importante de contaminación del aire, el suelo y el agua, que repercute negativamente en la biodiversidad y en el clima. La Comisión Europea tomará medidas para reducir las pérdidas de nutrientes al menos un 50 %, sin alterar la fertilidad del suelo, y reducir el uso de fertilizantes al menos un 20 % para 2030. AINIA trabaja desde hace años en la producción de biofertilizantes que son capaces de reducir a la mitad e incluso sustituir por completo en determinadas condiciones, el uso de abonos químicos. Por ejemplo, los productos biofertilizantes denominados bioestimulantes, pueden llegar a incrementar entre un 20% y un 30% la producción de los cultivos. Aplicamos estudios metagenómicos y técnicas de secuenciación masiva para dirigir los aislamientos de bacterias bioestimulantes. Otra solución tecnológica es la recuperación de nutrientes en corrientes líquidas mediante el cultivo de lemna, pequeña planta acuática flotante que a través de sus raíces es capaz de absorberlos de manera rápida.
La resistencia a los antimicrobianos derivada del uso de antibióticos para la protección de la salud humana y animal ocasiona unas 33 000 muertes de personas en la UE cada año. La Comisión reducirá un 50 % las ventas de antimicrobianos para animales de granja y de acuicultura de aquí a 2030. Los bacteriófagos, también llamados fagos, son virus que infectan a las bacterias y parasitan su maquinara enzimática. Hoy en día, el uso de los bacteriófagos se está postulando como la alternativa potencial para hacer frente al problema de la resistencia a los antibióticos.
La agricultura ecológica es una práctica respetuosa con el medio ambiente que tiene que seguir desarrollándose. La Comisión impulsará el desarrollo de los cultivos ecológicos en la UE con el fin de que en 2030 (el 25 % de todas las tierras agrícolas) se dedique a la agricultura ecológica. La denominada agricultura de precisión mejora la eficiencia en el uso de recursos, la productividad, la calidad, la rentabilidad y la sostenibilidad de la producción agrícola. En este ámbito trabajamos en el proyecto CERES para desarrollar un sistema compacto de detección de enfermedades, plagas y daños en cultivos basado en tecnologías fotónicas e inteligencia artificial embarcable en vehículos autónomos, capaz de realizar diagnósticos en tiempo real y mostrarlo a través de representaciones avanzadas de realidad aumentada.
Se calcula que en 2017 se produjeron en la UE más de 950 000 muertes atribuibles a dietas poco saludables (una de cada cinco). Un estilo de vida saludable basada en una dieta equilibrada, como un alto consumo de productos vegetales reduce el riesgo de enfermedades metabólicas (obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes…) y reduce el impacto medioambiental del sistema alimentario. Ainia trabaja en obtención, estabilización o funcionalización de ingredientes y productos de origen vegetal para dietas saludable. Una línea de trabajo destacada es la de producción, extracción y uso de proteínas alternativas procedentes de microalgas, cultivos microbianos (proteína microbiana) o insectos. Así mismo en ainia trabajamos en la evaluación del impacto saludable de estos ingredientes mediante el uso del sistema integrado formado por Digestores Dinámicos in vitro que reproducen el sistema gastrointestinal y la microbiota colónica, y los modelos celulares que mimetizan el órgano diana donde se ejerce el efecto saludable.
Otra área prioritaria es el del etiquetado de los alimentos que capacite a los consumidores para que elijan dietas saludables y sostenibles. La Comisión propondrá un etiquetado nutricional obligatorio en la parte frontal de los envases y desarrollará un marco de etiquetado de alimentos sostenibles que abarque los aspectos nutricionales, climáticos, medioambientales y sociales de los productos alimenticios. Para ayudar a las empresas, contamos el avanzado servicio de legislación lexainia así como herramientas de análisis de ciclo de vida (ACV) para la determinación de la huella ambiental de productos y empresas.
Por último, intensificar la lucha contra el desperdicio de alimentos será otro frente importante en los próximos años. Se plantea la reducción de un 50 % de los residuos alimentarios per cápita en el comercio minorista y entre los consumidores en 2030. La Comisión propondrá objetivos jurídicamente vinculantes para reducir el desperdicio de alimentos en toda la UE de aquí a 2023. En este ámbito, ainia trabajamos en numerosas soluciones. Desde la minimización de residuos o aprovechamiento mediante modelos avanzados de biorrefinería, mejoras en la vida útil de los alimentos, inspección y control de defectos en envases, eco-diseño de envases que tengan en cuenta elementos como la porcionabilidad, mejores sellados o recerrables, etc.
Para finalizar, os copio una una declaración de Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea que no deja lugar a dudas: «La crisis del coronavirus ha revelado nuestra vulnerabilidad y la importancia de restablecer el equilibrio entre la actividad humana y la naturaleza. La Estrategia sobre Biodiversidad y la Estrategia «De la Granja a la Mesa», elementos centrales del Pacto Verde, apuntan hacia un equilibrio nuevo y mejorado entre la naturaleza, los sistemas alimentarios y la biodiversidad para proteger la salud y el bienestar de nuestros ciudadanos y, al mismo tiempo, incrementar la competitividad y la resiliencia de la UE. Estas estrategias son una parte fundamental de la gran transición que estamos emprendiendo».