Diciembre

La simbiosis industrial coge impulso en la Comunitat

Hace diez años que la Unión Europea decidió abandonar el tradicional modelo económico, basado en el principio de ‘extraer-producir-usar-tirar’, es decir, un modelo lineal y unidireccional, para avanzar hacia la economía circular. Fue a través de la comunicación de 2014 Hacia una economía circular: un programa de cero residuos 3 para Europa, que perseguía reducir los residuos generados y, un año después, con el Plan de Acción para una economía circular en Europa, donde la Comisión Europea plantea una serie de medidas que van más a allá de la reducción de los residuos y que afectan a todas las etapas del ciclo de vida de los productos.

Después han venido otros documentos, estrategias y normativas, pero esos dos marcaron el camino a seguir. Un camino que, en el caso de la industria, la simbiosis industrial tiene mucho que aportar. La simbiosis industrial promueve, entre industrias del mismo sector o de diferentes sectores, el establecimiento de sinergias que pueden abarcar desde el uso de un residuo de una industria como materia prima de otra, hasta la utilización o implantación conjunta de un recurso, servicio o infraestructura. Es decir, lo que para unos es residuo para otros puede ser una materia prima de calidad. Por ejemplo, restos de madera en las industrias de creación de mobiliario para generar biomasa en forma de pellets o los residuos de la industria de la alimentación para generar piensos para animales. Además de ser un método eficaz para llegar a un nivel de desperdicio cero y avanzar hacia una economía circular que proteja al medioambiente.

Tal es su importancia que, desde 2015, la Comunitat Valenciana participa de forma pionera en el impulso de la economía circular a través de diversas iniciativas locales, regionales y europeas, lo que ha contribuido a posicionar la región entre los territorios europeos que lideran la transición del modelo productivo. Así, desde finales de 2022, la Comunitat es miembro de la red europea de Cuidades y Regiones con Iniciativas Circulares (CCRI) y uno de los centros de la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (REDIT), AIDIMME, forma parte del grupo de trabajo de simbiosis industrial de la CCRI.

Además, en 2024, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha seleccionado a la Comunitat Valenciana como región de interés para el estudio de sus políticas de circularidad. Esto convierte a la Comunitat en una de las diez regiones europeas elegidas para estudiar la transición hacia una economía circular. Se trata del quinto caso de estudio tras Zuid Holland (Países Bajos), Strasbourg (Francia), Berlín (Alemania) y Møre and Romsdal (Noruega).

En este posicionamiento de la Comunitat Valenciana en el mapa europeo de regiones circulares ha jugado un papel determinante el Observatorio de Simbiosis Industrial de la Comunitat Valenciana (OSICV), donde AIDIMME ejerce la secretaría técnica, realizando labores de coordinación de un comité formado por el Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (IVACE+i), junto con la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), el Consejo de Cámaras de la Comunitat Valenciana y REDIT. El OSICV es una de las iniciativas valencianas de referencia para promover iniciativas y proyectos de simbiosis industrial y como herramienta impulsora de los cambios necesarios para nuestra economía.

Precisamente el OSICV es un ejemplo de actuación colaborativa y de participación público-privada, algo fundamental para impulsar la simbiosis industrial y avanzar hacia la circularidad, dadas las dificultades y retos existentes. También es fundamental la I+D+i para generar nuevas soluciones, potenciar aplicaciones y usos de los productos reciclados y ganar escala en las soluciones.

En ese sentido, uno de los ejemplos más emblemáticos de I+D+i de simbiosis industrial impulsado por los centros de REDIT, con el apoyo de IVACE+i y fondos Feder, es el primer Demostrador de Industria Circular de Europa, desarrollado por INESCOP, AITEX y AIJU: una planta piloto innovadora para la recuperación de residuos y su transformación en materias primas que sirvan para la fabricar productos con bajo impacto ambiental. El Demostrador de Industria Circular es capaz de reciclar los productos multicomposición (aquellos que emplean, de media, unos 40 materiales diferentes) que terminan en vertederos o incinerados. Con el uso de esta tecnología, las empresas conseguirán reducir sus residuos, reutilizar sus excedentes, tanto para su propia fabricación, como para convertirlos en materias primas que puedan emplearse en otros sectores como el del mueble o automoción y, mejorar su huella de carbono, convirtiéndose así en una empresa circular.

También es importante el proyecto EcoMARSI, coordinado por AIJU y en el que también han participado AIDIMME e ITC, que aprovecha la simbiosis industrial entre los sectores de tratamiento superficial de metales, juguete y ocio infantil, cerámico, pintura y barniz, y metalmecánico para desarrollar diferentes productos de consumo sostenibles aplicando los conceptos de economía circular y simbiosis industrial.

Otro ejemplo es el proyecto SYMBINET, fruto de la colaboración entre AINIA, ITC ITI y AIDIMME, y donde se ha trabajado en el desarrollo de una plataforma tecnológica (SYMBINET-ECO) que contribuirá a poner en valor los recursos subutilizados como los residuos que genera cada industria para maximizar el aprovechamiento que de ellos puedan hacer otras empresas de diferentes sectores; lo que permitirá lograr un ahorro en sus costes, y al mismo tiempo, medir los beneficios ambientales y sociales que se generen de su nuevo uso.

También hay que destacar el proyecto LIFE EGGSHELLENCE, financiado por el Programa LIFE de la UE y donde participa ITC, que es un ejemplo de simbiosis industrial entre diferentes sectores productivos (en este caso, las empresas ovoproductoras y las empresas cerámicas), y, por ende, a la economía circular, ya que LIFE EGGSHELLENCE utiliza los residuos de cáscaras de empresas ovoproductoras, ricas en biocarbonato cálcico (un elemento que suele extraerse desde la tierra como materia prima virgen para utilizarse en las composiciones cerámicas), para la fabricación de azulejos cerámicos de revestimiento.

Son solo algunos ejemplos de la importancia de la simbiosis industrial  para los centros tecnológicos de REDIT, que están desarrollando múltiples proyectos que ponen al alcance de pequeñas y medianas empresas innovaciones tecnológicas sostenibles y asesoramiento, consiguiendo así generar una mayor competitividad en el mercado y avanzar en sostenibilidad.

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