El título de esta entrada no lo debemos tomar como una frase de blog que inspire al esfuerzo o superación empresarial ya que, según estimaciones de un reciente estudio, nos estamos enfrentando a un cambio de época que nos está “pillando” con el “pie cambiado”.
Y es que, por desconocimiento o por factores económicos, casi el 80% de los negocios españoles no está preparado, digitalmente, para seguir operando ante una nueva oleada de la COVID-19 que llegase a provocar otro confinamiento y el cierre de negocios. Dato que no es de extrañar puesto que, analizando el punto de partida, antes de la pandemia el porcentaje de pymes españolas con previsión de digitalizar su negocio apenas era del 13%, resultando, aún más preocupante cuando, actualmente, hablamos de redes de comunicación 5G y digitalización sin tener en cuenta que el 93,57% del tejido empresarial son pymes y micropymes y, de este, el 40% son personas físicas.
Pero no sólo el problema de la poca digitalización es el del tamaño de las empresas, resultando otro vector la falta de capacitación ya que, a nivel de la Unión Europea, el 40% de las compañías con sede en Europa tiene problemas para encontrar expertos en TIC. Y en el caso de España, esta situación se agrava, puesto que solo el 53% de los ciudadanos cuenta con competencias básicas en tecnologías.
Queramos o no, como bien dice mi buen amigo Sergio Gordillo (Improven) vivimos en un cambio de época, que no época de cambio, y la pandemia por Sars CoV 2 que provoca la COVID-19 no ha hecho más que acelerar los cambios. Metamorfosis que vamos a vivir en todos los ámbitos y a todos los niveles tanto social, laboral como empresarial y profesional en lo que se refiere a la forma de comunicarnos, relacionarnos, gestionar o vivir.
Y es que la pandemia nos ha dado una radiografía de cómo, precisamente, las personas más mayores, que a la vez han sido las más vulnerables, son las que peor han vivido esta situación de aislamiento por estar más alejados de la tecnología y de esa capacidad relacional que esta les permite con sus más allegados.
Un paralelismo que también puede relacionarse con las compañías e industrias, porque la digitalización es la que nos llevará al futuro éxito de los profesionales y organizaciones.
Y para ello, tal y como se recogió en una mesa de análisis de la Industria en la Comunitat Valenciana en la COVID-19, hay cuatro vectores de actuación fundamentales:
1.- Capacidad de gestión de las incertidumbres. El bienestar social y progreso económico, depende de la manera en que, como sociedad, nos adaptemos al progreso técnico desarrollando potencialidades y conocimientos en áreas digitales.
2.- Anticipación a retos y oportunidades. Tanto a nivel organizacional como a nivel personal, puesto que la búsqueda de la eficiencia a través de la optimización de procesos y digitalización de estos, genera nuevas capacidades constituyéndose como un leitmotiv que deberían ser intrínsecas en casi todas las iniciativas de gestión, tanto en el ámbito privado como público.
3.- Adaptación a la era de la “inmediatez inmediata”. Con unos tiempos de demanda inmediatos a la que sí está adaptado el usuario digital.
4.- Desarrollo de conocimientos y capacidades en áreas digitales. Debemos ser capaces de dar respuesta a las demandas de los usuarios en base a procesos digitalizados en los sectores que lo requieran, siendo posible una creación neta de empleo con aparición de nuevos puestos de trabajo como “Chief Transformation Officer, Big Data Project Manager, Virtual Reality Developer, Data Sciencist, Traffickeer Digital, Digital Saler Manager” en sectores como Edge Computing, Ciberseguridad, Inteligencia Artificial o redes 5G, cuyo impacto económico en el PIB a nivel nacional ya está próximo al 19% , teniendo en cuenta el impacto directo, indirecto e inducido.
La era de la digitalización es una oportunidad que ni compañías, ni industrias, ni profesionales ni sociedad nos podemos perder, resultando un objetivo que hemos de abordar de forma transversal desde diferentes puntos de vista y ámbitos porque iguala a todas las personas y compañías.
Por ello, en esta era son necesarias acciones bajo el paraguas de un proyecto común, debiendo ser conscientes que merece un trabajo común, de colegios profesionales, administraciones, sectores empresariales y asociaciones de trabajadores para trabajar en proyectos de digitalización comunes.
Y es que tal y como anticipó Henry Ford “el verdadero progreso es el que pone la tecnología al alcance de todos”.