Para el año 2030, se estima que habrá unos cinco millones de vehículos eléctricos en España, lo que representa aproximadamente el 15% del parque automovilístico español. En lo que va de año se han matriculado 14.237 eléctricos puros y 4.024 híbridos enchufables, con un crecimiento del 125% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Los vehículos eléctricos son una de las apuestas de futuro en cuanto a la sostenibilidad de las ciudades. Las exigencias legislativas y la inaplazable lucha contra la contaminación y por el medio ambiente así lo sugieren. Pero no están exentos de riesgos y retos. Y en esos campos está trabajando el Instituto Tecnológico de la Energía (ITE), que se ha marcado la movilidad eléctrica como una de sus grandes líneas de trabajo.
Uno de esos retos es el de la ciberseguridad. La vulnerabilidad de los sistemas de almacenamiento energético, como las baterías o los vehículos eléctricos, pueden poner en riesgo la fiabilidad de los mismos. El proyecto CAdeNAT (Ciberseguridad en comunicaciones con Activos de Nuevas aplicaciones de Almacenamiento energético para servicios Terciarios) que investiga el ITE, centro de referencia en la Comunitat Valenciana, con el apoyo del IVACE (Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial de la Generalitat Valenciana), tiene como objetivo desarrollar sistemas ciberseguros en todos los procesos que intervienen en la recarga de un vehículo eléctrico, desde la interacción del usuario con la estación de recarga, pasando por la estación de recarga, las comunicaciones con el gestor o proveedor de estaciones de recarga y el pago seguro de cada recarga realizada.
Para lograrlo se está desarrollando un sistema de detección de intrusos y restauración del sistema que monitoriza y detecta cualquier tipo de intrusión siendo capaz de actuar con el fin de garantizar la seguridad del usuario y la estabilidad en la red eléctrica. Adicionalmente la tecnología Blockchain es integrada para realizar los pagos instantáneos en la recarga del vehículo eléctrico, utilizando plataformas que permitan conocer al usuario (Know Your Costumer (KYC)) de manera que el proveedor de estaciones de recarga y el usuario conozcan la trazabilidad de todas las recargas realizadas, conociendo que usuario realizó una recarga, cuánto tiempo tarda la recarga y la energía consumida en cada recarga.
Otro de los grandes retos para que el despliegue masivo del vehículo eléctrico sea una realidad es el de la autonomía de las baterías y el tiempo de recarga. Para ello el ITE está investigando nuevos materiales para dar lugar a dispositivos de almacenamiento de futura generación, que permitan superar estos obstáculos, y ofrecer coches eléctricos asequibles y competitivos en el mercado igualando su utilidad con los de combustión. A través del proyecto MatER, se abordan los retos que presentan dispositivos energéticos de futura generación, como son las baterías solidas de litio y las pilas de combustible mediante el desarrollo de nuevas técnicas de procesado e integración de materiales con el objetivo de mejorar las prestaciones de estos dispositivos y acelerar la transición y su integración en un futuro escenario energético sostenible y eficiente.
Pero el ITE, como el resto de los centros tecnológicos de REDIT, no se centra solo en la investigación. Su actividad también está muy volcada en la relación con las empresas, para atender a sus necesidades de I+D+i. Fruto de ello es la colaboración con dos empresas valencianas, Zanotti y Mebauto en la creación del primer vehículo de reparto híbrido que dispone de sistema de refrigeración. Se trata de una furgoneta desarrollada para realizar funciones de reparto y testada por la división Ford Mobility en condiciones reales de uso urbano comercial. El modelo es novedoso en su categoría al dar paso al motor eléctrico combinado con sistema de refrigeración donde hasta ahora, los modelos actuales sólo disponían de motores tradicionales.
Estas son solo algunas soluciones e investigaciones que está llevando a cabo el centro en su apuesta por una movilidad más sostenible. Desarrollos que, sin duda alguna, contribuirán a mejorar la calidad de vida en las ciudades y de las personas