La industria 4.0 parece que ya ha quedado atrás y ahora se habla de la industria 5.0 e, incluso, de la 6.0. Y es que la rapidez con que evoluciona la tecnología, unido a las exigencias de la sociedad, hace que la transformación de este sector tenga que ser ágil y constante para dar lugar a una nueva manera de producir: más eficiente, más personalizada y más sostenible.
En esta nueva industria hay dos factores que están marcando el rumbo: la digitalización y la sostenibilidad. Y en ambos, la innovación juega un papel fundamental para transformar a la industria en una industria del siglo XXI. No importa el sector, ni el tamaño de las empresas, es necesario dar el paso y apostar por la transformación digital de la compañía y por su sostenibilidad. Solo así podrán mejorar su competitividad, en un momento de cambio constante.
Una apuesta sumamente importante en la Comunitat Valenciana, donde el sector industrial representa alrededor del 18% del PIB de la región y un tercio del empleo y destaca por su papel impulsor de la innovación tecnológica y su capacidad exportadora.
¿Cuáles son las claves de esta nueva industria? Antes hemos nombrado dos factores clave, la digitalización y la sostenibilidad. El uso de la inteligencia artificial, el big data, el blockchain, la robotización y la digitalización de procesos son determinantes para incrementar la productividad y la eficiencia, ya que procesos rutinarios y repetitivos se pueden realizar de manera más rápida, cómoda y eficaz, además de reducir los costes de producción y mantenimiento, al mejorar la detección de errores durante el proceso y también la calidad de los productos. También la digitalización permite a esa nueva industria ser más flexible y adaptarse a los cambios de la demanda y a la creciente tendencia de la personalización de los productos.
Una digitalización que además es clave para la sostenibilidad de la industria, un sector que representa alrededor del 20% de las emisiones de dióxido de carbono y en torno al 25% del consumo final de energía en España, ya que ayuda a la reducción de emisiones contaminantes, la descarbonización y la gestión circular de los residuos, aspectos fundamentales para afrontar las demandas de la sociedad, y las exigencias normativas, en materia de protección del medioambiente.
De hecho, la Agenda Estratégica Europea (2024-2029), aprobada por el Consejo Europeo y en la que se establece el plan de actuación que determina los objetivos de la UE en el próximo ciclo legislativo, recoge el desarrollo de un mercado único y el aumento de la competitividad, para posicionar a Europa como líder global en industria y tecnología y hacer compatible este objetivo con la transformación de Europa en el «primer continente climático neutro».
Pero no son los únicos factores clave en en esta nueva industria, hay uno más: la necesidad de poner el ser humano en el centro de todo el proceso. El objetivo es que la tecnología esté al servicio de las personas y no al revés, que las personas sean las que se adapten a los cambios que trae la tecnología y su constante evolución.
A ello se une la personalización de los productos. Gracias a la tecnología, se abre un enorme abanico de posibilidades a la hora de personalizar procesos, crear productos a medida y ofrecer experiencias únicas. Escuchar y atender las demandas de los consumidores es cada vez más importante para ser más competitivos.
Y en toda esta transformación, la innovación es fundamental. Tal como señala la OCDE en su reciente informe “Reactivación del crecimiento de la productividad ampliamente compartido en España”, para mejorar la competitividad de nuestro país es necesario liberar el potencial de crecimiento futuro promoviendo la innovación. Y en esa tarea son claves, según el organismo, los centros tecnológicos “que llevan a cabo proyectos de I+D a través de asociaciones entre empresas, especialmente pymes, e institutos de investigación”.
Además, la OCDE señala que hay que “fomentar una mayor escala y especialización de las universidades para elevar la calidad de la innovación, ampliando la asignación de recursos en función del rendimiento y la aplicación de la revisión por pares internacionales y proporcionando más oportunidades de carrera para investigadores altamente cualificados”.
De todo ello se hablará en la IV edición de REDIT Summit, iniciativa impulsada por la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (REDIT) y financiada por el Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (IVACE+i), que se celebrará el próximo 3 de octubre en la Ciudad de la Luz, en Alicante, bajo el lema ‘Innovar para una nueva industria’. En la cita se analizará cómo es esa nueva industria y se tratará sobre cómo seguir impulsando la producción a través de la implementación de tecnologías clave en ámbitos como la digitalización, la transición energética y la sostenibilidad.
La nueva edición del REDIT Summit contará con la presencia de expertos en tecnología y digitalización como Sergio González, especialista en IA en Microsoft, que orientará su exposición al diseño e implementación de una estrategia de innovación basada en IA, o Bernardino Romera, de Google DeepMind, que se centrará en las posibilidades de futuro de la alianza estratégica entre investigación e industria.
Además Mayte Bacete, de MaxLinear Hispania, Andrea Monleón, de Motorola Mobility para Iberia, y Eva Toledo, de PADIMA y el Círculo-Directivos de Alicante, hablarán sobre los nuevos modelos de negocio derivados de la nueva industria.
A ello se sumarán, como en anteriores ediciones, casos de éxito de la colaboración entre los 11 institutos tecnológicos de REDIT y empresas valencianas. En esta ocasión, empresas como COMET Ingenería, Brainstorm, Faperin, Embutidos Martínez, Reciclados Llácer, Realturf, Pedro García, La Escandella, GDES, Facephi y Enplast expondrán cómo esa relación ha impulsado innovaciones muy interesantes para seguir liderando sus sectores.
Con esta edición, REDIT quiere consolidar este congreso de innovación que ya ha reunido a unas 1.000 personas en las tres ediciones anteriores, en las que se abordaron temas tan importantes como los desafíos en ámbitos como la alimentación, el futuro del planeta, el diálogo persona-máquina, la digitalización y la innovación a la medida de la persona.
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